El Airlander 10 será el primer dirigible de la Historia que sobrevuele y tome tierra en el Ártico. Equipado con las comodidades de un yate de lujo con capacidad para 16 pasajeros, ya están a la venta los billetes para la primera expedición, previsiblemente en 2023-2024.
En un enorme hangar de Bedford (Inglaterra), varios operarios ensamblan las piezas del Airlander 10, el primer dirigible del siglo XXI que realizará viajes de lujo al Polo Norte. De forma ovalada, como una ballena beluga hinchada de helio, mide 92 metros de largo y es la aeronave más grande del mundo, superando los 73 metros del Airbus A380. De su quilla colgará una góndola con capacidad para 16 pasajeros y siete tripulantes. Concebida como un hotel de lujo en el cielo, los viajeros se alojarán en confortables suites y podrán asomarse por la ventana para contemplar el abrumador paisaje ártico. La cabina de pasajeros no está presurizada, lo que permitirá un ambiente tranquilo a bordo, con una velocidad de crucero lenta y a baja altitud. Ni en los mejores sueños de Julio Verne.
La construcción del aparato corre a cargo de la compañía británica Hybrid Air Vehicles (HAV), mientras que la aerolínea sueca OceanSky operará los vuelos. Esta «primera compañía aérea sin aviones» ya ha iniciado la venta de billetes para la primera expedición, que partirá desde Longyearbyen (en las noruegas islas Svalbard) rumbo al Polo Norte geográfico y está prevista para 2023-24. El precio oscilará entre 70.000 y 90.000 euros por pareja, en función de los extras del programa. «Es mucho dinero, pero no es caro», puntualiza Gonzalo Gimeno, fundador y CEO de la agencia de viajes a medida Elefant Travel. Su empresa se encargará de comercializar y diseñar el primer vuelo chárter para españoles.
Aviación sostenible
Durante la ruta de tres días (ida y vuelta), el aparato volará a 111 km/h de media. No se trata de llegar rápido, sino de disfrutar de un vuelo placentero. «Este viaje va orientado a pioneros que quieran embarcarse en una aventura épica, de esas que se cruzan una vez en la vida. Los viajeros podrán participar conmigo en el diseño del viaje», prosigue Gimeno, que irá a bordo en este icónico vuelo y se encargará de diseñar nuevas rutas por el mundo. Nombrado «embajador global» de la aerolínea sueca, se siente orgulloso de promover los valores de la nueva aviación sostenible. «La huella de carbono de este dirigible será hasta un 75% menor que la de un avión convencional. Y se reducirán casi a cero cuando se instalen los nuevos motores eléctricos, hacia 2030″, explica.
El Airlander 10 utiliza una tecnología innovadora, denominada «más ligera que el aire», para combinar las mejores características de los aviones de ala fija, los helicópteros y la elevación estática por helio. Ni siquiera requiere aeropuertos para despegar y aterrizar. «Podría aterrizar en un campo de maíz o posarse en el mar; solo necesita una superficie equivalente a dos campos de fútbol», comenta el CEO de Elefant Travel.
Para mantenerse en el aire, la aeronave combina la elevación flotante del helio con la aerodinámica del casco. Está impulsada por cuatro hélices propulsadas por motores diésel, y puede volar con autonomía durante tres días. Todas estas ventajas convierten a este Moby Dick alado en el vehículo idóneo para explorar el Ártico y otros puntos remotos del planeta.
Hablamos del primer dirigible de la historia que aterrizará en el Polo Norte, un destino que ha fascinado siempre a los grandes aventureros. En 1926, el explorador noruego Roald Amundsen lo sobrevoló a bordo del Norge diseñado y comandado por el italiano Umberto Nobile, pero no llegó a tomar tierra.
Carl-Oscar Lawaczeck, CEO y fundador de OceanSky, apela al espíritu romántico de los pioneros: «Esta expedición está pensada para el viajero que quiere experimentar el Ártico de una manera única y contribuir al desarrollo de la nueva era de viajes sostenibles», declara. Y anuncia que las primeras excursiones estarán guiadas por el prestigioso experto en el Ártico y activista climático Robert Swan.
En la guerra de Afganistán
Curiosamente, el primer prototipo del Airlander 10, el HAV 304, tuvo uso militar: en los 90 fue construido por Hybrid Air Vehicles por encargo del Ejército de EEUU. Durante la guerra de Afganistán, se plantearon utilizarlo para transportar material pesado a las montañas de Kandahar. Sin embargo, el Pentágono acabó paralizando las pruebas por recortes de presupuesto.
Como el prototipo no estaba certificado, se puso a la venta y fue readquirido por HAV, que empezó a evaluar modelos de negocio para uso civil. Y aquí entró la aerolínea sueca, que en 2016 creó la marca OceanSky Cruises para operar viajes sostenibles de alta gama.
Los promotores insisten en que el Airlander 10 no debe ser considerado un medio de transporte, sino una aeronave que ofrecerá experiencias únicas en el aire. De ahí que encargaran una espectacular góndola a medida.
Diseñada por el estudio británico Design Q, alberga una cabina de pasajeros de 250 m2. Los 16 huéspedes dispondrán de confortables habitaciones con baño y podrán disfrutar de vistas panorámicas en el Infinity Lounge, un salón con aberturas de vidrio en el piso.Por su parte, el Altitude Bar es el sitio ideal para cenar o tomar una copa en las nubes.
Como un superyate de lujo surcando los cielos, el dirigible volará entre los 1.000 y 3.000 pies (304-914 m) de altitud a una velocidad máxima de 148 km/h.
Hazañas memorables
El origen de la palabra zepelín se debe al noble alemán Ferdinand von Zeppelin, creador del primer dirigible en 1900. Era de estructura rígida y sirvió de prototipo para modelos posteriores. Las prestaciones fueron mejorando y algunas aeronaves consiguieron hazañas memorables.
Pero todo cambió con el accidente del LZ 129 Hindenburg en 1937, que se cobró la vida de 35 de sus 97 pasajeros. Las llamas, alimentadas por el hidrógeno altamente inflamable, devoraron la nave en minutos mientras intentaba aterrizar en Nueva Jersey. Fue el primer accidente televisado en directo; el impacto que causó fue el fin de estos dinosaurios voladores.
Ochenta y tres años después de aquella tragedia, ¿qué garantías ofrece un dirigible del siglo XXI? Desde OceanSky aseguran que el Airlander 10 es «potencialmente más seguro que un avión». El aparato se sustenta gracias al helio, un gas no inflamable que se almacena en multitud de compartimentos independientes; si una de estas bolsas perdiese presión, no afectaría al vuelo, el resto de compartimentos harían de contrapeso.
Además, la superficie de la aeronave va forrada con fibra de kevlar. «Si le disparásemos con un rifle, la bala no penetraría», insisten. Por último, será capaz de volar en una amplia gama de condiciones climáticas y aterrizar a una velocidad 40 km/h, frente a los 230 km/h habituales de un avión.
En estos momentos se están haciendo ajustes de ingeniería para conseguir la homologación, prevista para 2021. «Ni el coronavirus ha paralizado los trabajos, porque es un proyecto estratégico para el Gobierno británico», aseguran en la compañía.
Con sello español
Entretanto, Gimeno ya tiene en mente la hoja de ruta del primer vuelo chárter de españoles: «Volarán en avión desde Madrid y aterrizarán en Svalbard, donde les aguarda el dirigible. Durante el vuelo, que durará 36 horas, un reconocido chef español ofrecerá un menú inspirado en el Ártico. Pasarán la noche en confortables cabinas y aterrizarán por la mañana en el Polo Norte. Tras el aterrizaje, disfrutarán de una expedición ártica y regresarán a Svalbard».
Gimeno desea que el sello made in Spain quede patente en este vuelo iniciático: «Me gustaría que una marca de moda española diseñe los uniformes de la tripulación, y que todos los pasajeros luzcamos una chaqueta conmemorativa».
Se imagina «un gran silencio» en el momento del despegue, mientras la ballena de helio se eleva lentamente hasta perderse en el horizonte. En su interior, 16 españoles rumbo al Polo Norte, siguiendo el rastro de Roald Amundsen.
El primer turista global
El Graf Zeppelin fue el primer dirigible que voló alrededor del mundo, desde Friedrichshafen (Alemania), atravesó Europa, hizo escala en Tokio y aterrizó en Nueva Jersey (EEUU). Con una longitud superior a los 236 metros, tenía una capacidad para 20 pasajeros.
El doctor Jerónimo Megías (Las Palmas de Gran Canaria, 1880 – Madrid, 1932) fue el único huésped español de este hotel volador. Su billete costó 7.000 dólares. El trayecto duró 21 días, del 15 de agosto al 4 de septiembre de 1929. Megías anotó cada detalle en un libro, incluidas las botellas de champán que él mismo administraba.
El 24 de julio de 1931, el Graf Zeppelin sobrevoló el Polo Norte en una misión científica, sin llegar a aterrizar. A buen seguro, este pionero del turismo global se embarcaría hoy en el Airlander 10 para rematar la faena.