Abogada empresarial, casada y con cuatro hijos, es la directora de la Fundación Zuloaga y del Consorcio Disfruta España, una plataforma online que divulga “los lugares más fascinantes” de nuestro país. Entre sus prendas favoritas están las chaquetas de Ion Fiz inspiradas en el kaiku vasco. Quiere empezar a jugar al croquet.
Mi estilo de vestir es sencillo y funcional. Mi forma de vida está muy pegada a la realidad y el trabajo ocupa la mayor parte de mi tiempo. Intento transmitir autenticidad y sensibilidad. Creo que ser accesible ayuda a comunicar bien.
En mi maleta llevo, en época estival, unas alpargatas de Castañer [www.castaner.com], unas zapatillas de Pompeii [a la izqda., www.pompeiibrand.com], un sombrero de tela de Malababa [www.malababa.com], un traje de baño negro de Sybilla [www.sybilla.es], un vestido de hace 20 años de Isabel Marant [www.isabelmarant.com], mi cámara de fotos y una agenda de viaje de Around Art [aroundart.es].
Las marcas españolas dominan mi fondo de armario. Hay muchas personas acomplejadas que no compran diseño español y prefieren refugiarse en los logos de marcas internacionales porque les dan seguridad. Yo suelo mezclar creadores como Modesto Lomba [www.devotaylomba.com], Ion Fiz [www.ionfiz.com], Lemoniez [www.lemoniez.com] o Ulises Mérida [www.ulisesmerida.com] para el día y Juan Duyos [www.duyos.net] para la noche, con algunas piezas muy escogidas low cost.
Me gusta mucho el punto, por eso una de mis prendas favoritas son las chaquetas de Ion Fiz inspiradas en el kaiku vasco. Me inspiran mi país y mis paisanos, nuestros paisajes, las costumbres y fiestas tan variadas; nuestra historia…
Me inspiran Marella Agnelli, Emmanuelle Alt, Rita Lydig y cada visita al Museo Balenciaga, en Guetaria [cristobalbalenciagamuseoa.com].
Mi objeto más preciado es un retrato con mi marido, Ignacio Suárez-Zuloaga, emprendedor y escritor, que nos hizo el pintor Pedro Cuní tras acabar nuestras tesis doctorales. Marca el inicio de todo lo que estamos construyendo juntos.
Hago ejercicio casi a diario y camino siempre que me muevo por Madrid. Me baño en el Cantábrico todo el año y me relaja hacer jardinería. Quiero empezar a jugar al croquet.
Mi última adquisición fue un gran jarrón damasquinado en plata que compramos en una subasta por un precio irrisorio y que, cuando lo mandamos limpiar, resultó una joya.
En mi neceser nunca falta la crema hidratante de trufa de Carmen Navarro [www.carmennavarro.es]. Para el cuerpo me gustan las cremas de parafarmacia españolas como Fridda Dorsch [www.friddadorsch.com] y Sesderma [sesderma.es].
Entre los productos gourmet que nunca faltan en mi despensa están las aceitunas ardaleñas de la tierra de mis ancestros; el aceite de oliva Cortijo de Suerte Alta [suertealta.es] de Baena y el jamón de Jabugo, que desayuno con melón D.O. La Mancha.
Mi artesana de referencia es la sevillana Chirri Moreno Santamaría [chirrimoreno.com], exquisita. Me gustan también las joyas de porcelana de Andrés Gallardo y la joyera y escultora barcelonesa Fátima Tocornal [fatimatocornal.com], finalista del Loewe Craft Prize 2017.
Considero elegantes a las personas con el alma educada, cultas, delicadas en las formas y de presencia armónica, donde no hay nada vulgar o excesivamente medido o perfecto.
Entre mis webs preferidas están España Fascinante [espanafascinante.com] y espanaescultura.es.
El viaje que no olvidaré es el que acabo de hacer con mi marido y mis cuatro hijos a Tierra Santa, junto a un grupo de peregrinos acompañados por el obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla. Recomiendo hacerlo en familia para volver revolucionados.
Foto: Luis de las Alas