Elena Ochoa, a la vanguardia

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La editora gallega afincada en Suiza se encuentra entre los 10 personajes Fuera de Serie 2011, en colaboración con Dom Pérignon. Su editorial Ivorypress marca el ritmo de la vanguardia artística.

«Mi trabajo es el mejor que puede existir; me llena completamente». Palabra de Elena Ochoa (Orense, 24 de septiembre de 1958), fundadora y presidenta de Ivorypress, una editorial especializada en lujosos libros de artista que «nació para provocar» y que tras 16 años de vida se ha convertido en un referente del arte más vanguardista. «Estoy convencida de que tengo capacidad y las oportunidades a mi alrededor para producir lo mejor», añade lady Foster, casada desde 1996 con Norman Foster, uno de los arquitectos más importantes y famosos del mundo. Distinguido con el Premio Pritzker y el Príncipe de Asturias de las Artes, lord Foster es autor de la cúpula del Reichstag en Berlín, el aeropuerto de Pekín, el viaducto de Millau (Francia) o la torre de Swiss Re, de Londres. El no va más de los Star Architects. Junto a él, esta editora global brilla con luz propia.

PREGUNTA: ¿Es cegadora la luz del astro que tiene por marido?
RESPUESTA: Norman es la persona más magnánima y generosa del mundo. Tengo todo el espacio que quiero y todo su apoyo. Estar a su lado es una constante inspiración, un privilegio añadido.

No hace mucho, los Foster -el matrimonio tiene dos hijos, Paola y Eduardo, de 12 y 9 años- dejaron su mansión londinense colgada sobre el Támesis para fijar su residencia en Suiza, donde adquirieron un castillo clásico del XVIII. En realidad, viven en un avión. El trabajo de Elena implica un constante ir y venir entre Suiza, Londres, París, Nueva York y Madrid, por citar sólo algunas de las ciudades donde pasa más de dos días seguidos. De modo que hay que cazarla al vuelo, aprovechando su presencia en Madrid para inaugurar la exposición The Urethra Postcard Art, de los artistas británicos Gilbert & George. «La manera que tengo de llegar a cada artista es única», explica la promotora, premio Montblanc a la Mujer 2010 y recientemente elegida uno de los diez personajes Fuera de Serie 2011 por su exitosa trayectoria en el mundo editorial. «A G&G los conocí hace muchos años, a través de un diseñador gráfico que trabaja íntimamente con ellos. Pasamos muchas horas en su estudio y me fascinaron los archivos que nunca habían visto la luz. De aquel encuentro surgió esta exposición. Pero mi interés por ellos va más allá del arte que producen, y con el cual convivo en mi casa. Y es que siguen manteniendo esa actitud irónica, sarcástica, polémica, y al mismo tiempo extremadamente erudita y educada, hacia todo lo que les rodea».

Hasta el punto de que estuvieron tres horas firmando autógrafos sin perder la sonrisa. «La velada se prolongó hasta la 1 de la madrugada. Al final me dijeron: ‘Elena, gracias de todo corazón. Hace 30 años que no pasábamos por Madrid y ya estamos deseando queremos volver'», comenta satisfecha. Nos cita a las 10:45 del día siguiente en las oficinas de Ivorypress, ubicadas en un señorial edificio del paseo de la Castellana. Una escalera de caracol comunica su despacho con el de Foster & Partners, estudio de 500 trabajadores con sede en varios países. Por cierto, su marido está reunido en la planta de abajo. Mientras él imagina los edificios más desafiantes, ella sueña con en el mejor libro-joya posible. Como de costumbre, un jarrón transparente con flores blancas adorna su luminoso cuarto. Viste una chaqueta de ante marca Habsburgn («es ideal para viajar, nunca se arruga»), un pantalón de Oscar de la Renta, una pulsera de Claude Lalane y un reloj Girard Perregaux que marca sus apuradas horas. A sus 53 años, la fundadora de Ivorypress conserva una elegante y ligera arquitectura. Da la mano con firmeza, segura de sí misma. Le comento que no disponemos de mucho tiempo. «Tranquilo, soy rápida respondiendo», responde con una telegénica y familiar sonrisa.

Sí, en los 90 fue la popular “doctora Ochoa” de la tele. Un boom mediático. Pero aquella presentadora que instruía a los españoles en materia sexual; aquella brillante psicóloga volcada durante 15 años en la investigación y la docencia, sale ahora en la edición española Harper’s Bazaar entre las damas más influyentes y glamourosas del arte contemporáneo. Acostumbrada a convocar a artistas, mecenas y millonarios en el salón de su casa.

Elena Ochoa delante del libro Anselm Kiefer: 'The secret life of plants', un volumen de grandes proporciones de su colección particular. Fotografía: Álvaro Felgueroso.Elena Ochoa delante del libro Anselm Kiefer: ‘The secret life of plants’, un volumen de grandes proporciones de su colección particular. Fotografía: Álvaro Felgueroso.

P: Parece usted el paradigma de la reinvención…
R: Creo que la reinvención es una actitud; no debemos dar por sentado que las cosas van a permanecer inamovibles para siempre. No siempre vives con las personas que amas; no siempre tienes las mismas capacidades para permitirte determinados lujos; no siempre tu trabajo es compatible con la vida que llevas… A veces, la reinvención es un corte total de amarras.

Sabe bien de lo que habla. En 1997, mientras daba clases en el King’s College, al sur de Londres, decidió cambiar radicalmente de vida. «Norman se había marchado a Hong Kong para ver las obras del aeropuerto de Chek Lap Kok y no había podido acompañarle. Empecé a darme cuenta de que todo lo que había sido mi vida anterior, mi investigación sobre el alzheimer, mis clases en la universidad, era incompatible con su trabajo». Durante un tiempo se dedicó a viajar con su marido, a leer, a socializar. Sin un rumbo claro. Hasta que un día, durante una cena, el coleccionista Bob Sainsbury, amigo y cliente de Foster (le encargó el museo que alberga su colección particular, con obra de Picasso, Giacometti, Bacon y Hernry Moore) le ayudó a canalizar su energía: «Amas los libros y amas el arte. ¿Por qué no unes las dos pasiones? Hazte editora de libros de artista».

Y se puso manos a la obra. Con una biografía marcada por la perseverancia y la disciplina –»procedo de una familia de militares desde el s.XV»- afrontó el reto con determinación. Visitó a los mejores artesanos de la edición, viajó por China, Japón e India para conocer los procesos ancestrales de la fabricación de papel… Poco a poco fue aprendiendo su nuevo oficio sin olvidar el consejo de su padre: «La vida ha de andarse con pasito corto, mirada larga y dientes de lobo». Su primer libro de artista fue el de Eduardo Chillida (Reflection), y tras éste llegaron los de Anthony Caro, Anish Kapoor, Francis Bacon, Cai Guo-Qiang… Cada uno tarda de dos a tres años en producirse, y los precios oscilan entre 40.000 y 80.000 euros. «Es un edificio», dijo Foster cuando vio la escultura de Caro.

P: ¿Qué tiene que tener un artista para que capte su atención?
R: Que me afecte emocionalmente. Su obra me persigue, la tengo ahí detrás cuando la descubro. También tengo en cuenta que otras editoriales no hayan realizado un libro a la altura de su obra. Más que una editora a la caza de talento, yo estoy en alerta constante. Es la única manera de vivir que me interesa, y la única en que Ivorypress puede sobrevivir.

Si cada libro es ·una historia de amor», su último romance es Isidoro Valcárcel, Premio Nacional de Artes Plásticas 2007. Un artista atípico que jamás ha vendido su obra a precios comerciales. «Desde el primer momento que nos dimos la mano y nos abrazamos, hubo entendimiento», recuerda Elena. Por su parte, Valcárcel la define como «eficaz, responsable y pertinaz, por no decir cabezona. Es una persona que llega donde se propone». El libro-joya del artista murciano se publicará en 39 idiomas… y saldrá con 10 meses de retraso. La excelencia es una obsesión en Ivorypress. «A veces, el libro nunca funciona y no sale a la calle. De esos tengo muchos», asegura Ochoa, una mujer enganchada a la BlackBerry, con carné de piloto de helicópteros desde 1995 (vuela siempre que puede en un Robin G-Helen resideñado por Foster), adicta a las galletas Gramola y aficionada a pasear por el Central Park cuando está en Nueva York.

¿Qué queda de Elena Fernández López de Ochoa en lady Foster? «Sigue siendo una persona interesante, culta e inquieta, pero con muchos más medios. Ha pasado de su admiración por el arte a ser una especie de encrucijada de ideas que propicia la creación artística», opina Juan J. Luna, conservador del Museo del Prado y amigo suyo desde hace más de 20 años.

Con 16 años de vida, Ivorypress es hoy árbol robusto con fuertes raíces. Una máquina bien engrasada que despliega una incesante actividad a través de cuatro grandes ámbitos: una librería especializada en fotografía, arte y arquitectura; un espacio expositivo de más de 2.000 metros cuadrados; una prestigiosa revista de fotografía contemporánea y un comisariado de exposiciones. Los números cantan. Hasta el momento, la editorial ha realizado 8 libros de artista que constituyen la exposición permanente del espacio Ivorypress Art + Books; ha publicado 10 números de Photo International Magazine, que en su segunda etapa ha abandonado el carácter de revista para centrarse en la producción de monografías temáticas bajo el nombre de C Photo; ha montado 14 exposiciones (destacan Blood on Paper y C on cities) y ha rodado un largometraje documental, el premiado How much does your buliding weigh, Mr. Foster? (¿Cuánto pesa su edificio, señor Foster?). A esto hay que sumar el comisariado de exposiciones, las charlas y las actividades académicas a través de la consultora Art Commissioners.

Al término de la entrevista, Elena enciende un cigarrillo (fuma siete al día, aunque antes consumía dos cajetillas) y se interesa por la portada del segundo número de C Photo, un monográfico sobre Venecia. «¿Qué cartel de estos tres os gusta más?», consulta al equipo editorial de Ivorypress. El ejemplar está basado en la exposición Real Venice que ha organizado en el programa paralelo a próxima Bienal de Venecia. «Invitamos a 14 fotógrafos internacionales durante un año para que ofrecieran su visión de la ciudad. El objetivo es recaudar fondos para el proyecto Venecia en Peligro», aclara la editora, que prefiere el concepto de trueque intelectual al de mecenazgo porque es reacia a las jerarquías. Para ella, el verdadero éxito es saber transmitir el alma de una artista como Luisa Lambri, protagonista de la próxima muestra. O que Gilbert & George le den las gracias de todo corazón.

P: ¿Cuánto pesa su intuición, Lady Foster?
R: Todo, ya sea a la hora de apostar por un artista o de comenzar una amistad. Casi todas las decisiones que he tomado en mi vida, para bien o para mal, han estado guiadas en la intuición. La razón es más aburrida…

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