Carlos Urroz, director de ARCO

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Director de la feria desde hace cinco años, ha recuperado el punto sexy que tuvo la cita madrileña. Él ve brotes verdes en el sector.

Carlos Urroz se da un aire a Walter White, el personaje protagonista de la célebre serie de televisión Breaking Bad. Un parecido que se acentuaría si llevara gafas de aumento y luciera un sombrero sobre su cabeza rapada al cero. Y ahí acaban las analogías. A diferencia deHeisenberg, seudónimo clandestino del oscuro profesor de Química interpretado por Bryan Cranston, el director de ARCO no se ha visto obligado a fabricar metanfetamina para mantener a su prole. Su laboratorio es la feria de Ifema, en Madrid, y su trabajo consiste en seleccionar las mejores galerías, artistas y obras –en definitiva, en obtener la mejor mercancía– para la principal plataforma española del mercado del arte que este año celebra su 34 edición.

El nombramiento de este madrileño de origen vasco (Madrid, 2 de octubre de 1966) se produjo en 2010 en medio de fuertes tensiones entre galeristas, políticos y organizadores, que concluyeron con la dimisión de su predecesora, Lourdes Fernández. Su elección, que coincidió con el 30 aniversario de este encuentro anual de arte contemporáneo, supuso un alivio para el sector. Se le recibió como a un mesías. Reconocido profesionalmente en el ámbito internacional, en aquel momento era asesor de Artes Plásticas de la Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid. Un gestor que había conocido la feria desde dentro, pues entró de becario con Rosina Gómez-Baeza al mando y durante cuatro años llegó a ser su director adjunto. Después trabajó para la prestigiosa galerista Helga de Alvear, su otra madrina artística, a quien nombró para el consejo asesor.

Durante estos cinco años al timón, Urroz, abogado de formación, ha tenido que afrontar los estragos de la crisis echándole coraje e imaginación. Reestructurando la feria e introduciendo atractivos programas para recuperar el punto sexy de épocas pasadas. Como dice su maestra Helga de Alvear, que le define como una persona tranquila y con gran habilidad para tratar a los clientes, «ARCO estaba en un agujero negro y Carlos era el único que podía levantarla. En esta mala coyuntura internacional, con el 21% de IVA que sufrimos los galeristas y la caída de las ventas, que la feria siga adelante ya es un triunfo». El caso es que él atisba brotes verdes: el incremento de solicitudes para asistir indica que las galerías están recuperando su confianza.

Nos recibe hecho un pincel –traje de franela gris de Lander Urquijo y reloj de Audemars Piguet– en la Sala Alcalá 31 de Madrid, donde están montando la exposición El muro inciertodel guipuzcoano Pello Irazu. «Además del país invitado, como lo es Colombia en la presente edición, ARCO debe servir para dar a conocer a artistas españoles que tienen gran calidad. Es el momento para que el público extranjero vea sus exposiciones», explica con su voz metálica. Con un presupuesto de cuatro millones y medio de euros, el futuro de la feria pasa por el descubrimiento de nuevos talentos.

PREGUNTA. Cuando aterrizó en ARCO el sector le recibió como a un Mesías, pero usted se veía más bien como un «mediador familiar»…

RESPUESTA. Yo soy gestor de un proyecto en el que la gente tiene muchas expectativas. Lo importante es que la feria esté bien gestionada y todos los intereses se coordinen para que no haya fricciones.

P. ¿El paciente ha salido ya de su estado terminal?

R. Creo que sí. ARCO es una feria que hay que cuidar y mimar, sigue siendo muy importante para todo el sector: para Ifema, para las galerías y para Madrid. Es un proyecto que funciona, que tiene interés no solo local sino internacional.

P. Su presencia mediática parece limitarse a los cinco días que dura esta cita anual. ¿En qué consiste su trabajo?

R. En seleccionar los mejores contenidos para la feria. Es decir, las mejores galerías y, dentro de ellas, a los artistas que en nuestra opinión tienen sentido en el contexto de Madrid; sobre todo, talentos emergentes. Para eso hacemos una investigación por todo el mundo yendo a ferias, a bienales, a galerías… Cada dos semanas viajamos al extranjero. En cada ciudad contactamos con coleccionistas, directores de museos y profesionales, que son los que al final compran.

P. ¿Cuáles han sido sus principales aportaciones en estos cinco años de legislatura?

R. Redimensionarla, hacerla más pequeña, y orientarla hacia una feria de descubrimiento: artistas nuevos que las galerías presentan y que pueden interesar a coleccionistas y críticos. También apostamos por mostrar escenas diferentes, como la colombiana este año.

P. ¿En qué se diferencia de otras, como Art Miami Basel?

R. Miami es mucho más comercial; se venden piezas mucho más caras. Por eso tenemos que potenciar la idea de que esta feria es un punto de encuentro. A Miami no van tantos directores de museos o críticos de arte porque, entre otras cosas, las habitaciones de hotel son mucho más caras. Actualmente hay una feria cada dos semanas. O haces una distinta o nadie va a coger un avión para venir a Madrid. Nuestra lista de galerías gustará más o menos, pero es distinta de la de Miami o Nueva York. Y aunque suene tópico, Madrid es un puente entre Latinoamérica y Europa.

P. A lo largo de sus 33 años, ARCO ha tenido que transformarse constantemente. ¿Cuál ha sido su última reinvención?

R. En los 80, la feria tenía un cariz más festivalero; en los 90 pasó a ser más académica (aquí se formaron los actuales galeristas) y en la actualidad debe ser una plataforma de mercado. Las performances y las videoinstalaciones están muy bien si tienes recursos ilimitados, pero en este momento nos centramos en que vengan nuevos coleccionistas, directores de museo, buenos artistas…, y se encuentren.

P. ¿La feria ha recuperado el toque sexy que usted mismo echaba en falta? ¿Ha logrado hacerla más excitante?

R. Creo que sí. Ahora a la gente le apetece venir porque hay restaurantes de calidad, una programación divertida, una sala VIP diferente que este año ha montado Zara Home… No es una obligación venir, pero hay gente que se pelea por estar los primeros días.

P. ¿Qué radiografía puede hacer de la presente edición?

R. El tamaño es el mismo: dos pabellones con 218 galerías, tres menos que el anterior. Ha habido un 24% más de solicitudes de participación, se han incorporado 29 nuevas galerías al Programa General y ha aumentado la presencia de galerías extranjeras, que constituyen un 71% del total. Esto indica que hay mayor confianza en ARCO y en España. Es decir, a la gente le interesa el modelo de feria que estamos planteando. Y le interesa venir a vender a Madrid en febrero.

P. Colombia es el país invitado. ¿Por qué esta elección?

R. Porque tiene artistas superinteresantes y una escena artística que se está estructurando a medida que se pacifica el país. Eso hace que haya galerías más potentes, mayor número de coleccionistas, instituciones con mayor visibilidad…

P. ¿Con qué presupuesto cuenta este año?

R. Cuatro millones y medio de euros.

P. ¿Y eso es mucho o poco?

R. La cuestión es usar bien el presupuesto que tienes. Que la gente que venga sea la adecuada; que te asegures de que el coleccionista invitado visita las galerías; que nuestra campaña de publicidad atraiga a un público que antes no iba a la feria… Lo que nos gustaría es que hubiese más dinero en el sistema. Que el Reina Sofía, la Comunidad de Madrid o la Fundación ARCO tuviesen más dinero para adquirir obras.

P. El año pasado se rebajó el IVA del 21% al 10%, una medida que muchos galeristas consideraron de bluf, pues favorece básicamente a los artistas. A pesar de ello, ¿ha contribuido a animar el mercado?

R. Esa rebaja era dejar el IVA como estaba antes. Lo deseable es que hubiese un IVA reducido para ambas partes, tanto para el artista como para la galería, y unificado en toda Europa, que no hubiese diferencias entre comprar en una galería extranjera o en España.

P. Hay quienes creen que la rebaja solo beneficia a las artes plásticas (es decir, a los ricos) en detrimento de las artes escénicas (lo que algunos entienden por farándula)…

R. Estoy de acuerdo en que el IVA tiene que ser reducido para todos, desde el libro al cine o el arte, porque todos son productos culturales. La industria cultural genera una serie de valores en la sociedad que hay que cuidar o motivar.

P. ¿Cuáles serán esas obras mediáticas que probablemente servirán para poner el broche cultural a los telediarios?

R. Yo prefiero las obras que hacen reflexionar a las que hacen sacar el móvil para hacer una foto. No hay que buscar la obra más sorprendente, sino mirar realmente la obra con la que conectemos.

P. ¿Pero el público no busca ese impacto, como aquella escultura del Papa derribado por un meteorito, de Mauricio Cattelan?

R. ¡Confío en que no! Creo que la gente va a ver cosas interesantes, más allá de la obra más impactante o que tiene el color más chillón. Muchas veces lo más tranquilo tiene más contenido.

P. ¿Sigue escuchando el típico comentario despectivo «esto lo hace mi hijo» ante una obra supuestamente banal?

R. Pues qué suerte tienen con su hijo, ¿no? [Risas]. Ya no se escucha tanto. Hay gente que siempre cuestiona el valor pecuniario de algunas obras, pero luego se revenden en subastas por el doble. Los ladrillos de Carl André, por ejemplo, que causaron risa cuando los compró la Tate Gallery en los 70, hoy cuestan una fortuna en subastas. Luego el tiempo da la razón al valor de las obras de arte.

P. ¿Qué le diría a quien no pisa un museo con el argumento de que no entiende de pintura o escultura?

R. Que no hay que entender. Hay que dejarse sorprender, mirar…, y si una obra te genera curiosidad, interesarse por el artista y tratar de entender por qué lo ha hecho. No tienes que intentar entender todo.

P. ¿A qué nivel está el coleccionismo en España respecto a los países de su entorno?

R. Mejorando. A ver si toda la gente que tiene interés sale de la crisis y empieza a comprar arte.

P. ¿Ve brotes verdes, algún síntoma de recuperación?

R. Sí, hay más gente que quiere ir a ARCO: más del 50% de los coleccionistas son nuevos. Noto más confianza en la feria y en España en general, y eso generará más negocio.

P. ¿Cree en la Marca España?

R. Creo en el potencial de España. Absolutamente, sí.

P. Después de más de 20 años en el mundo del arte, ¿ha perdido la capacidad de sorpresa?

R. Qué va, qué va. Me sorprenden muchísimas cosas. Si voy a una galería y veo un artista que me convence, me quedo pensando en su trabajo un par de días y documentándome luego sobre él en Internet.

P. ¿Cómo surgió su interés por el arte?

R. Siempre me gustó ver exposiciones. Y los museos de arte contemporáneo son sitios alucinantemente bonitos que me parecían lo más. Esa fascinación por los entornos donde todo está tan cuidado. Mi sueño era vivir en un museo, que es lo que luego ha sido la arquitectura minimalista.

P. Curiosamente, no llegó a estudiar Bellas Artes…

R. No, compaginé la carrera de Derecho con mi trabajo en una galería, tras ser becario en ARCO. Fue una etapa divertidísima. Yo no sabía nada de arte, pero todo me parecía genial.

P. Tuvo dos grandes maestras: la ex directora de ARCO Rosina Gómez-Baeza y la galerista Helga de Alvear. ¿Qué aprendió de ellas?

R. De Rosina, la capacidad de trabajo y de inventar cosas nuevas. De Helga, la admiración por los artistas, el rigor y el criterio. Se puede decir que ellas han sido mis madres artísticas. Y luego me he rodeado de gente que me ha aportado mucho: Soledad Lorenzo, María de Corral, Carmen Giménez, Paco Calvo…

P. ¿Qué tipo de obras tiene?

R. Tengo obra de artistas con los que he trabajado o he descubierto cuando estaban empezando, pero ni siquiera me considero un pequeño coleccionista. El coleccionismo implica una actitud de poseer, de acumular, de hacer un todo…, y yo eso no lo tengo.

P. ¿Qué tipo de obras le emocionan?

R. Hay tantas… Desde los primeros Basquiat que vi en ARCO cuando tenía 14 años hasta Donald Judd.

P. ¿Se ve otros cinco años pilotando esta feria?

R. Me veo en ARCO mientras la feria me necesite. Pero llegará un momento en que será tan sólida que no sea tan necesario.

P. ¿Y si un día le llaman para ser ministro de Cultura?

R. No tengo vocación de ministro. De momento estoy encantado aquí.

Las fechas clave

1982. En la primera edición participaron 364 artistas y 90 galerías.

1984. ARCO se trasladó a las instalaciones de Ifema en el Palacio de Cristal de la Casa de Campo.

1987. Rosina Gómez Baeza se estrena como directora de la feria, al tiempo que nace la Fundación ARCO.

1992. Se celebra por primera vez en el Parque Ferial Juan Carlos, un espacio de 14.273 metros cuadrados.

1994. Se inaugura con Bélgica la presencia de un país invitado de honor en cada edición.

2001. La feria cumplió 20 años con Reino Unido como país invitado

2002. Los resultados de la 21ª edición de la feria confirmaban la positiva influencia del euro, la solidez del mercado del arte internacional y la progresiva madurez del coleccionismo y la escena galerística española.

2004. Se registra récord de visitantes, más de 200.000

2010. Tras la dimisión de su predecesora, Carlos Urroz es nombrado director de ARCO.

2015. La feria apuesta por el descubrimiento de nuevos talentos.

Las cifras de 2015

Edición: 34. Nº galerías: 218. Programa general: 160 galerías. ARCO Colombia: 10 galerías. Opening: 28 galerías. Solo projects: 24 galerías. Nº países: 30. Visitantes aproximados: 100.000. Pases VIP: 2.912 España, 4.858 resto del mundo. Coleccionistas invitados: 300. Profesionales invitados: 200. Vuelos privados: 580.

Presupuesto de ARCO. De los 4,5 millones de euros, ARCO destina una inversión del 20% a acciones internacionales dirigidas a dinamizar las ventas. Así, a los programas de invitados, que traerán a Madrid a alrededor de 500 coleccionistas y prescriptores de todo el mundo, se suman actuaciones de fomento de relaciones con coleccionistas de importantes mercados, como Alemania, Bélgica, España y Brasil, además de iniciativas de promoción internacional.

Mercado del arte. El global se sitúa en 50.000 millones de euros, del cual un 36% se mueve en ferias.

Impacto en España. Según el informe El mercado español del arte en 2014, editado por la Fundación Arte y Mecenazgo, y realizado por Clare McAndrew: «Se calcula que, en 2013, ARCO generó para la economía española unos ingresos de más de 100 millones de euros en menos de una semana».

Más información. ARCO se celebra desde hoy hasta el 1 de marzo. www.ifema.es

Por Juan Carlos Rodríguez. Fotografía de Álvaro Felgueroso

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