El Barrio de la Estación de Haro celebra su III cata de vino, una de las más exclusiva y gourmet

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El Barrio de la Estación de Haro alberga la mayor concentración de bodegas centenarias del mundo. El 16 de junio celebra su III Cata, la más exclusiva y gourmet.

Roda 2013. Nacida a la vera del río Ebro, fue la última bodega en incorporarse a la milla de oro de vino de Rioja. Y está considerada «la más moderna entre las clásicas». Experiencia: Recorrer su impresionante calado del s. XIX y catar sus vinos en el balcón asomado al río Ebro deja un recuerdo imborrable.

Reconocido por la calidad de sus vinos, el municipio riojano de Haro (11.330 habitantes) se sitúa a los pies de los montes Obarenes y de La Sierra de Cantabria. Allí está el Barrio de La Estación de Haro, cuyo origen se remonta a la segunda mitad del siglo XIX, cuando las tradicionales caballerías que transportaban el vino fueron sustituidas por el pujante ferrocarril.

 Como consecuencia de las plagas de oídio (1852-1862) y filoxera (1863) que arrasaron los viñedos franceses, comerciantes del país vecino llegaron a la Rioja y crearon almacenes en torno a la incipiente estación de tren, desde los cuales enviaban vino a granel a Burdeos.
 

Posteriormente, empresarios vizcaínos empezaron a hacer vinos finos aprovechando la infraestructura y el savoir faire de los galos. «Hacia la primera mitad de 1890, el Barrio de la Estación ya tenía la configuración urbana actual», señala el antropólogo del vino Luis Vicente Elías, para quien «el nombre de Rioja como comarca vitivinícola se fragua y consolida en este barrio generado por el tren».

Este emblemático distrito alberga el mayor número de bodegas centenarias del mundo (cinco), más otras dos de creación más reciente. Es la denominada milla de oro de La Rioja, donde se arraciman «las siete

La Rioja Alta S.A. Gran Reserva 904 de 2009. Fabricación propia de barricas de roble americano en su tonelería, trasiega artesanal, largas crianzas y sofisticado sistema de selección óptica de uvas son algunos de sus distintivos. Experiencia: trasiega artesanal a la luz de la vela, un momento mágico que sea lleva a cabo durantes la crianza en barrica.

magníficas», todas de prestigio internacional: López de Heredia-Viña Tondonia (fundada en 1877), CVNE (1879), Gómez Cruzado (1886), La Rioja Alta S.A. (1890), Bodegas Bilbaínas-Viña Pomal (1901), Muga (1932) y Roda (1987). Vecinas y sin embargo amigas, el 16 de junio volverán a unir sus fuerzas para celebrar la III edición de La Cata del Barrio de la Estación.

Cada bodega sacará de sus botelleros dos joyas de su producción. Se trata de catar en un ambiente lúdico lo mejor de cada casa: vinos únicos; reservas y grandes reservas; añadas míticas. «El objetivo es incrementar la cultura del vino, mostrar la belleza de la Rioja, de Haro y del Barrio y sus bodegas y propiciar el acercamiento entre aficionados y elaboradores», explica Agustín Santolaya, director general de Bodegas Roda y presidente de turno de la Asociación de Desarrollo Turístico del Barrio de la Estación.

Muga, reserva Selección Especial 2012 y Prado Enea Gran Reserva 2004. Es la única bodega española con maestro cubero y tres toneleros propios. Ubicada en un hermoso caserón riojano, el Espacio Torre Muga recibe más de 27.000 visitantes al año. Experiencia: conocer el viñedo riojano desde el aire, viajando en globo aerostático.¡Imperdible!

Esta III edición, que tendrá continuidad el 18 de junio con una jornada para profesionales, presenta novedades. Se ha adelantado la fecha para que no coincidiese con las vendimias. También se ha limitado el número de visitantes a 3.500 para evitar colas. Los vinos serán de alta gama, con precios mínimos de 20 euros por botella en el mercado, aunque hay muchos de más de 40. Para catarlos se ha elegido una copa Riedel que los participantes podrán llevarse de recuerdo.

Del apartado gastronómico se encargarán los dos cocineros con estrella Michelin de La Rioja: Francis Paniego (El Portal de Echaurren, en Ezcaray) y Nacho Echapresto (La Venta de Moncalvillo, en Daroca), y el repostero Juan Ángel Rodrigálvarez endulzará la cata con un postre. En cada bodega se ofrecerá un platillo diferente, y también habrá puestos callejeros de embutidos riojanos. La entrada cuesta 100 euros (80 en venta anticipada).

Buena relación

La idea surgió hace cuatro años durante una conversación entre Guillermo Aranzábal, presidente de La Rioja Alta, y el británico Tim Atkin, reconocido prescriptor y master of wine. «Atkin me preguntó por novedades.

CVNE (1879): Monopole Clásico 2015 e Imperial Reserva 2014. Fundada por los hermanos Raimundo y Eusebio Real de Asúa, desde 1979 cuenta con su propio «cementerio» de botellas, que alberga las añadas significativas. Experiencia: En la nave Eiffel, construida por el estudio de Gustave Eiffel en 1090, descansan las barricas con los vinos más selectos de la bodega.

Le dije que en Haro existía la mayor concentración de bodegas centenarias y que podíamos organizar juntas una jornada festiva, como las que yo había visto en California y Australia. Su respaldo me animó y convoqué al resto de bodegueros», relata Aranzábal. Lo importante, añade, era iniciar una relación de hermandad. «Siempre hubo buena relación entre nosotros, pero aún no existía un proyecto común».

Aunque son competidores, «las siete bodegas hacemos grandes vinos tintos de Rioja [de la variedad tempranillo y de crianza] y en el mismo pueblo. Pero nuestros estilos son muy diferentes y entre todos somos capaces de mostrar con mil matices la grandeza de una zona mágica».

-¿Qué pensarían los fundadores de las bodegas centenarias si hoy resucitaran y vieran esta movida?

-Se lo pasarían genial y volverían a la tumba felices y satisfechos de ver que hacemos mejores vinos que los que hacían ellos -bromea Agustín Santolaya, director general de Bodegas Roda.

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